25 de septiembre de 1932
Como ya he contado antes, cuando vine a Madrid tuve la oportunidad de cumplir uno de mis sueños: poder escribir. Lo hice primero publicando artículos en revistas y periódicos bajo el nombre de “Colombine” y más tarde pude publicar novelas y ensayos.
Además tuve la suerte de poder vivir en un período en el que comienza una revolución literaria. En mi obra hago una crítica antibelicista, también trato cuestiones relacionadas con la corrupción política que España vivía en ese momento o la situación de la mujer. Pero a pesar de esa evolución literaria, se podía ver cómo a las escritoras no nos dejaban acudir a las reuniones con otros compañeros de profesión que se hacían en los cafés.
En estas reuniones en mi casa, en el Café de Colombine del que ya os he hablado, tuve la oportunidad de conocer a grandes escritores y a grandes compañeras de profesión, pero en particular conocí a Ramón Gómez de la Serna, con quien mantuve una relación amorosa durante varios años. En un principio los padres de Ramón no veían bien que su hijo saliera con una mujer veinte años mayor que él y además divorciada y por eso decidieron mandarlo a estudiar lejos de Madrid, aunque tiempo después nos volvimos a encontrar y sus padres no pudieron hacer entonces nada para que Ramón y yo no entabalremos una relación amorosa.
Ayudé a Ramón a publicar una nueva revista literaria llamada Prometeo,
que coincide con el final de la revista que tiempo atrás había publicado y que solo tuvo ocho números, La Revista Crítica, de la que ya he hablado. Pero aun así seguía publicando artículos bajo el nombre de “Colombine” en distintos periódicos.
Tiempo después de estar saliendo con Ramón, decidimos hacer una viaje a Portugal, país al que me siento muy unida ya que mi padre fue vicecónsul. Estando en Portugal encontré entre sus hermosas playas la inspiración para escribir una de mis novelas a la que llame La flor de la playa
en la que sus protagonistas, una pareja de enamorados, viaja a Portugal donde pasa sus vacaciones aislada de todo. Esta novela está inspirada en mi relación con Ramón, aunque no en todo, ya que al final la pareja de enamorados
se separa tras regresar de Portugal, cosa que no nos ocurrió a nosotros, pero tampoco decidimos casarnos ya que ninguno de los dos queríamos eso. Estando en Portugal también entré en contacto con la Cruzada de las Mujeres, una asociación que defendía los derechos de la mujer en Portugal y de la que tomé ideas para hacer algo parecido en España, pero de eso ya os hablaré más adelante.
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