sábado, 21 de abril de 2018

Carmen de Burgos II


                                                                                     28 de agosto de 1932




Tras varios años de estudio, por fin consigo, en 1901, sacarme  el título de maestra, y un billete para la libertad, pudiendo irme así de Almería donde, debido a mi idea de divorciarme de mi marido, no tenía el apoyo de familiares, ni amigos y ni siquiera de los conocidos de la ciudad, ya que en aquel entonces la idea del divorcio por parte de la mujer era algo casi impensable.
Y así por fin llegó el día en el que vine a Madrid, sintiéndome sola, salvo por la compañía de mi hija y casi sin saber muy bien qué hacer, y he de confesar que un poco asustada ya que prácticamente no conocía a nadie salvo a mi tío, quien me hospedó en su casa hasta que intentó aprovecharse de mí. Pero no voy hablar de eso, sino que os voy a contar cómo fue mi vida en Madrid y como decidí no estar asustada sino afrontar mi llegada con valentía y empezar a hacer eso que soñaba: escribir.
Me empecé a sentir atraída por el ambiente cultural que había en la capital y a tener el deseo de comenzar a escribir.  
Poco después de llegar a Madrid, fui destinada a trabajar en Guadalajara y comencé a escribir pequeños artículos para distintas revistas madrileñas como ​Madrid cómico, La Correspondencia de España o el Globo, revista en la que tenía una pequeña columna titulada "​Notas Femeninas". Esto fue algo que me entusiasmó.



En 1903, el director de el periódico ​Diario Universal, Augusto Fernández de Figueroa, quiso contactar conmigo para su periódico, pudiendo tener así una columna fija titulada ​"Lecturas para Mujeres", que firmé siempre como “Colombine”.
Tiempo después de empezar a escribir en el Diario Universal, mi columna y el nombre de “Colombine” consiguieron gran repercusión social debido a la publicación de un artículo en el que pedía la opinión sobre el divorcio por parte de la mujer, algo que hizo que comenzara a recibir cartas con la opinión de alguno de los lectores las cuales se iban publicando, salvo la de algunos personajes influyentes de la sociedad de ese momento, que no dejaron que fueran publicadas en aquel momento. No obstante, más tarde, en 1904,  publiqué con todas esas contestaciones recogidas sobre mi articulo un libro titulado ​ El Divorcio en España.
El 19 de septiembre de 1909 me convertí en la primera periodista de guerra publicando, en El Heraldo de Madrid, una crónica sobre la guerra de Marruecos.  
Y en 1910 publiqué la Revista Crítica, con la colaboración de otros escritores de la época, pero tan solo salieron la luz siete números. Tras haber publicado distintos artículos en 1910, era una escritora conocida en el ambiente literario de la época, pero sobre eso os hablaré próximamente.

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